ACIBAR Y CONFITE
Al alimón: pena, tribulación y alborozo,
Esos excelsos tris al evocar
¡Bienaventurados resuellos!
Cuando mi soma galernaban, sus labios rosa té,
a partir de mis codiciosos belfos
Los años han pasado como bajo los puentes el río
Y el resabio de ese santiamén; su efluvio,
el que extasió alma, corazón y vida,
persistirá inmortal y ufano
Y el río carmesí que mana eterno desde su ida injusta,
sollozante, conmueve al piélago mismo, que como yo,
no se ajusta a la ferocidad y la crueldad de su germen
A hurtadillas me la robaste, pérfida noche pusilánime
imputando al heraldo, ese amanecer enfurruñado
¡Desautorizada para jolgorio estás,
hasta el día en que me toque tu mano glacial!
Perdurarán conmigo y después de mí,
obstinados, indelebles, incorruptibles,
su perfecta faz de mirar hermoso y sonrisa grata,
su grácil y tórrido cuerpo, su tersa cutícula.
Su aliento, sus humores; su orgánico recuerdo.
Per sécula seculorum.
Chanelo
Al alimón: pena, tribulación y alborozo,
Esos excelsos tris al evocar
¡Bienaventurados resuellos!
Cuando mi soma galernaban, sus labios rosa té,
a partir de mis codiciosos belfos
Los años han pasado como bajo los puentes el río
Y el resabio de ese santiamén; su efluvio,
el que extasió alma, corazón y vida,
persistirá inmortal y ufano
Y el río carmesí que mana eterno desde su ida injusta,
sollozante, conmueve al piélago mismo, que como yo,
no se ajusta a la ferocidad y la crueldad de su germen
A hurtadillas me la robaste, pérfida noche pusilánime
imputando al heraldo, ese amanecer enfurruñado
¡Desautorizada para jolgorio estás,
hasta el día en que me toque tu mano glacial!
Perdurarán conmigo y después de mí,
obstinados, indelebles, incorruptibles,
su perfecta faz de mirar hermoso y sonrisa grata,
su grácil y tórrido cuerpo, su tersa cutícula.
Su aliento, sus humores; su orgánico recuerdo.
Per sécula seculorum.
Chanelo
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